El Espacio IVE de nuestro efector posibilita el cumplimiento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Está compuesto íntegramente por profesionales mujeres y realiza tanto el acompañamiento a las personas gestantes en situación de IVE como la consejería de salud sexual reproductiva y no reproductiva. Conocé cómo trabaja y las maneras de acceder.
El Espacio IVE del Hospital Centenario nació en el año 2018
con el nombre de Consultorio en Consejería de Opciones, cuando Entre Ríos y
Gualeguaychú se adhirieron al protocolo ILE (Interrupción Legal del Embarazo).
En la actualidad, garantiza la implementación de la Ley Nº 27.610 de Acceso a
la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).
Está formado por un grupo interdisciplinario de
profesionales mujeres, compuesto por una médica generalista, una obstetra, una
psicóloga, una trabajadora social, dos ginecólogas y una psiquiatra.
La atención se lleva a cabo en el Consultorio 13 del nuevo
edificio del Hospital, los lunes y viernes a partir del mediodía hasta las
13:30 y los miércoles a las 8 hasta las 9:30. Las pacientes acceden al turno
por medio de la turnera general, solicitan y se les da inmediatamente para los
días próximos. También lo pueden hacer a través de whatsapp al 3446-359074.
“Una vez que consiguen el turno la paciente ingresa y se le
realiza una entrevista y se le da un acompañamiento, se la introduce en un
contexto de la situación por la que está atravesando, antes de la ley de IVE se
tenía que buscar un causal en un contexto biopsicosocial, hoy hasta las 14
semanas la interrupción del embarazo es voluntaria y no se necesita ningún tipo
de causal”, comenzó explicando la médica ginecóloga Flavia Mazzoni.
“En ese mismo momento una médica ginecóloga le hace la
ecografía para saber la edad gestacional, y una vez que se determina se define
si el proceso se hace de manera ambulatoria en la casa o si debe realizarse con
internación”, detalló la profesional, que acotó que “se les hace firmar un
consentimiento donde la paciente deja asentado el deseo de acceder a la
interrupción y que se le explicó todo el procedimiento”.
Comentó que “si se hace ambulatoria, se le entrega el
medicamento (el misoprostol), se le explica y se le entrega una hoja con la
información de cómo tiene que tomarlo, que síntomas va a tener, que es lo que
va a atravesar y que pautas de alarma va a tener; y a su vez se le entrega un
número de teléfono de una de las integrantes del equipo, que es la que va a
realizar el acompañamiento”.
Flavia continuó explicando que “cuando la paciente inicia el
tratamiendo manda un mensaje y ante cualquier duda que surja durante o post
tratamiento tienen el contacto de nosotras y se le responde la inquietud, a
veces son consultas ínfimas y otras veces son motivos de consultas que
requieren que vayan a la guardia”, marcó.
El acompañamiento a
las pacientes
“A todas las pacientes una vez superada la etapa de
interrupción se las vuelve a ver para controlar, se les repite la ecografía
para constatar si expulsó todo y se les hace la consejería en métodos
anticonceptivos”, detalló la ginecóloga, y destacó que “las pacientes elijen
cual método utilizar, si es un anticonceptivo vía oral se les hace una receta
para que las retiren en farmacia, si es para la colocación de un DIU
(dispositivo intrauterino) se les da turno... se cierra el proceso de esa
manera”.
En la misma línea, añadió que “Si hay una cuestión
psicológica, una razón social o la situación que sea nosotras podemos derivar y
hacer la interconsulta con el servicio correspondiente o con las trabajadoras
sociales para solucionarlo”.
María José Grígoli, Trabajadora Social e integrante del
Espacio IVE, acotó en este sentido que “intervenimos también si hay situaciones
de violencia de género, que rápidamente lo que se hace es articular con el
Municipio y lo que se hace es asistir a la paciente que lo requiera”.
Añadió que “se realiza el seguimiento telefónico con las
pacientes que inician su tratamiento ambulatorio”, y que a su vez articulan
“con algunas otras áreas como Salud Mental o áreas de servicio social de otras localidades
del departamento”.
“Este espacio es para que el momento que atraviesan, que
obviamente es difícil para la mujer, no lo pase sola y no le aumenten los
riesgos a su salud, nosotras no juzgamos ni preguntamos por qué, lo único que
nos interesa es que la paciente que quiere interrumpir su embarazo lo haga de
manera segura y acompañada”, expresó Flavia.
“Acompañamos el proceso que cada persona decide a la hora de
continuar o interrumpir un embarazo, primero para no aumentar los riesgos de
morbimortalidad y que no terminen haciendo cualquier cosa en vez de algo
seguro”, resumió, y aclaró que “el espacio siempre está disponible para que
cada paciente pueda volver, se establece una red, también con las trabajadoras
sociales de otras localidades de las que vienen pacientes, hay muchas
realidades durante los procesos”.
El avance a partir de
la Ley y los prejuicios derribados
Tanto Flavia como María José coincidieron en que lo que
trajo la ley es “tranquilidad”. La ginecóloga contó que “podemos trabajar mucho
más tranquilas y mejor, y a las pacientes le da un marco de seguridad, no
tienen que venir a escondidas, y si una llega en una situación post aborto a la
guardia se la tiene que atender, nadie le puede negar la atención”, valoró.
Además, mejoró “la accesibilidad para realizar el
seguimiento de las pacientes”. A su vez, “si bien está la objeción de
conciencia, no pueden pasar más de 10 días de que una paciente no acceda a una
persona que le realice la interrupción, todo eso da un marco de
responsabilidades que ayuda a trabajar mucho mejor”, describió.
Con respecto a los prejuicios que se marcaron durante el
debate en el congreso, la profesional comentó que “no porque se legalizó las
mujeres vienen a abortar más, se mantiene el mismo número”, y aclaró que “lo que ocurre es que ahora se visibiliza
mucho más, la estadística seguramente va a aumentar porque ahora se va a poder tener
un registro formal que antes no existía, esos números estaban ocultos. Hoy
tenemos una red y las estadísticas van a ser reales”.
Asimismo, opinó en base a su experiencia que “las mujeres
que deciden interrumpir el embarazo lo iban a hacer con o sin ley”, y valoró
que uno de los cambios positivos a partir de la visivilización de estos
espacios “es que las pacientes llegan con embarazos en menor edad gestacional,
lo que provoca que la interrupción se pueda hacer con tratamiento ambulatorio y
no requiera internación, por lo que el sangrado y las molestias son muchas
menos. Se realiza todo a través de medicación para que sea mucho menos
invasivo”, afirmó.
Finalmente, la profesional sintió que la Ley “es un avance,
como médica ginecóloga y como mujer, es algo que se necesitaba como política de
salud pública, porque desde que transitaba mi residencia y ahora como
especialista vi que las interrupciones siempre estuvieron, siempre hubo mujeres
con embarazos no deseados por la razón que sea, y esto permite el empoderamiento
de la mujer sobre su cuerpo. Que podamos elegir es un avance como sociedad”,
cerró.
Por su parte, María José marcó que “el comienzo en 2018 no
fue fácil por las resistencias que hubo en la sociedad, pero la ley nos dio tranquilidad y justicia,
me da orgullo poder participar de este espacio previamente incluso a la ley”,
concluyó.